JOSE BUENAVENTURA SEPULVEDA FERNANDEZ
(14 de julio 1848 - 6 de noviembre de 1879)
"Con orgullo sepulvedano"
"Con orgullo sepulvedano"
JOSÉ
BUENAVENTURA SEPÚLVEDA FERNANDEZ
El
teniente Coronel José Buenaventura Sepúlveda Fernández, héroe cañetano de la guerra
del Guano y del Salitre (Guerra entre Perú y Chile de 1879), su vida, es poco
conocida pero aquí le hago llegar una breve biografía.
Su
historia comienza con la llegada de la expedición libertadora de San Martín al
Perú y junto a él llegó el patriota chileno Bernardo O' Higgins y Riquelme,
quien brindó valiosa colaboración en la lucha por la independencia, por ello le
cedió las Haciendas de Montalván y
Cuiva, que habían pertenecido a Don Pedro Arredondo. En 1825, Simón
Bolívar ratifica esta concesión. O'Higgins
hizo traer de su patria a su hijo Demetrio quien vino acompañado de un
discípulo de aulas llamado Antonio Sepúlveda Aldea. En 1838 llegó por mar al
Callao de donde pasó a Cerro Azul.
Establecido en el valle, Antonio
Sepúlveda, cajero de las Haciendas del General O'Higgins, contrajo matrimonio
con la dama cañetana Teresa Fernández, de cuya unión nació en la Hacienda LA HUACA de Cañete,
José Buenaventura Sepúlveda el 14 de julio de 1848. Se bautizó en la
Parroquia de la Concepción en Lima.
A los 10 años, José se trasladó a Lima
para estudiar Educación Primaria. En 1864, a los 16 años de edad retornó a
Cañete para desempeñarse como mayordomo de campo de la Hacienda Arona.
Obedeciendo a su vocación por la carrera militar, a los 22 años ingresó a la
Escuela Militar. La infausta del guano y del salitre de 1879 lo encontró con el
grado militar de Mayor de Caballería; luego fue ascendido a Comandante y fue
enviado al campo de operaciones.
El 6 de
noviembre de 1879 se inmortaliza en la Batalla de Agua Santa o de Pampa Germania,
hecho que alcanza un gran significado puesto que había luchado contra la patria
de su padre, en defensa de la suya: EL PERU, cumpliendo la promesa de luchar y
defender a su patria hasta morir. Junto con él ofrendaron su vidas otros
tantos, integrantes del Regimiento Húsares de Junín y Húsares de Bolívar, a
quienes comandaba. En esta acción, los jinetes chilenos
dirigidos por José Francisco Vergara y Sofanor Parra
vencen a la caballería aliada comandada por el Teniente Coronel José Sepúlveda
que se encontraba en la retaguardia del ejército aliado, el cual había
emprendido ya su marcha hacia Dolores, en el sector de Pampa Germania, cercano
a Agua Santa.
La
historiografía peruana y el historiador militar chileno Francisco Machuca
cuentan que los chilenos simularon una retirada con el fin de sacar a los
aliados de sus posiciones defensivas en la estación de Germania para luego dar
la vuelta y atacar a quienes les perseguían. Con ello en superioridad numérica,
con mejor armamento y cabalgaduras vencen a los aliados.
Segun parte de Vergara
cayeron muertos alrededor de 60 a 70 aliados, entre ellos el Coronel Sepúlveda,
tomando además 5 prisioneros. Los chilenos lamentaron la pérdida de 9 soldados
(3 muertos y 6 heridos).
Para que estos hechos heroicos no
quedaran en el olvido y perdure en la historia por generaciones, en el año
1937, se crea el Colegio José Buenaventura Sepúlveda y que luego sería
convertido en Gran Unidad Escolar por el presidente Odría, hoy es la
Institución Educativa JBS.
Los restos del héroe cañetano fueron
sepultados en el mismo campo de batalla. 1886, establecido el nefasto tratado
de paz con Chile, el cónsul del Perú en Iquique don Guillermo Billingurts,
nombró una comisión integrada por Pedro
Dávalos y Lissón, Santiago Devéscovi y Emilio Pardo Figueroa, para que
identificaran los cadáveres. Los restos exhumados en la Provincia de Tarapacá,
entre los que se encontraban los de Sepúlveda, llegaron al Callao el 13 de
julio de 1890, celebrándose honras fúnebres en la Iglesia Matriz de éste
puerto, el gobierno declaró Duelo Nacional los días 15 y 16 de julio. Luego
fueron trasladados a la Iglesia de La Merced en Lima, para sus correspondientes
exequias. Llevados al Cementerio del Presbítero Maestro, descansaron allí sus
restos hasta 1908 y el 8 de setiembre, durante el mandato del presidente José
Pardo, se inauguró la CRIPTA DE LOS HÉROES donde finalmente descansa en paz.